En cualquier trabajo, es importante asegurarse de que recibes una remuneración justa por el trabajo que haces. Pero pedir un aumento de sueldo no está dentro de la zona de confort de la mayoría de la gente. La conversación sobre un aumento puede resultar incómoda, incluso para las personas más seguras de sí mismas, porque implica dos cosas que incomodan mucho a la mayoría de la gente: pedir una opinión directa y hablar de dinero.
Aun así, conocer tu valor y ser capaz de mantener conversaciones francas y profesionales con tu familia de niñeras es vital para tu éxito como niñera. Aquí te explicamos cómo identificar el momento adecuado para pedir un aumento y cómo hacer que la conversación sea lo menos dolorosa posible, tanto para ti como para tu jefe.
¿Cuándo me suben el sueldo?
Hay un error muy común: el mero hecho de llevar un año o más en tu puesto no significa que te hayas ganado automáticamente un aumento. A la hora de decidir si es razonable o no pedir un aumento, empieza por hacer una autoevaluación para valorar si realmente estás aportando más valor a la familia que cuando te contrataron o en el momento de tu último aumento. Piensa en lo siguiente:
- ¿Ha asumido tareas adicionales? Por ejemplo, trabajos de asistente personal, recados o tareas domésticas adicionales, viajar con la familia o cualquier otra tarea que amplíe el ámbito de tu trabajo.
- ¿Se ha añadido otro hijo a la familia? En caso afirmativo, ¿tuvo esto un impacto significativo en su carga de trabajo diaria y en su horario?
- ¿Ha realizado algún curso u obtenido certificaciones adicionales para mejorar sus competencias y aumentar su valor como empleado?
Cómo pedir un aumento
Así que ya sabes que es el momento de pedir un aumento. He aquí cómo hacerlo:
1. Pregunte en persona
La conversación sobre el aumento siempre debe tener lugar en persona. No es algo que quieras pedir a través de un mensaje de texto o de correo electrónico. Fija una hora concreta para reunirte y acude preparado para explicar por qué crees que mereces un aumento, con una idea clara de cuánto te gustaría recibir. Incluso si prefieres no mencionar ninguna cantidad, es posible que tu jefe te pregunte qué tienes en mente, así que es una buena idea saber al menos cuál es una cantidad razonable para alguien que ocupa un puesto similar y que tiene un conjunto de aptitudes parecido.
2.
Asegúrate de no pedir un aumento en un momento especialmente ajetreado o difícil para la familia de la niñera. Por ejemplo, probablemente no sea un buen momento para pedirlo durante las vacaciones o si están inmersos en un gran proyecto en el trabajo. Elige un momento en el que no estén demasiado estresados y en el que sea más probable que tengan disponibilidad para reunirse contigo y estudiar detenidamente tu petición.
3. Afirma tu valor
Recuerda que pedir un aumento consiste en venderte a ti mismo y tus capacidades. No es el momento de suplicar ni de hablar de sus finanzas personales. Debes plantear a tu jefe razones convincentes de por qué mereces un aumento que estén directamente relacionadas con la forma en que desempeñas tu función cada día.
Podría decir algo como: “Quería hacerle saber lo mucho que he disfrutado trabajando con su familia y lo mucho que aprecio las oportunidades que me ha dado para crecer en mi puesto. Desde que me contrataron, he asumido X, Y y Z. He tenido mucho éxito en estos empeños, y me gustaría hablar de ajustar mi salario para reflejar estos éxitos”.
4. Ten confianza
La idea de tener esta conversación puede ponerte nervioso, pero recuerda que pedir un aumento es perfectamente normal. Mientras seas profesional, respetuosa y razonable en tu petición, lo más probable es que no dañes de ninguna manera la relación con tu empleador por pedirlo y, si han tenido niñeras anteriormente o tienen otros empleados, es probable que no sea la primera conversación de este tipo que hayan tenido. Un aumento no es un favor ni un regalo; es una forma de asegurarse de que se le compensa justamente por un trabajo bien hecho, y está bien hablar de ello con su jefe.
Qué hacer si la respuesta es “no”
El hecho de pedir un aumento no siempre significa que vaya a recibirlo. Hay varias razones por las que puede ser así, pero eso no significa que deba tomárselo como algo personal. Puede que no sea el momento económico adecuado para tu jefe o que considere que necesita observar tu rendimiento durante más tiempo antes de tomar esa decisión. Si tu jefe te dice que no, no te dejes llevar por tus emociones. Responde con amabilidad y pídele que te diga cómo puedes mejorar tu rendimiento para ganarte el aumento que buscas. Puedes decir algo como: “Le agradezco que se haya tomado la molestia de hablar conmigo sobre esto. Me pregunto si hay algo más que pueda hacer o mejorar para ganarme un aumento en el futuro”.
Esto os dará a ti y a tu jefe la oportunidad de poneros de acuerdo y podréis evaluar mejor cómo alcanzar exactamente esos objetivos. Fija un nuevo momento para hablar de tu aumento, quizá dentro de unos meses, y prepárate para demostrar lo que has hecho para cumplir sus expectativas. Si, por alguna razón, tu jefe se niega a aceptar un aumento después de varios intentos o no puede explicarte qué puedes hacer para ganártelo, es posible que tengas que valorar si puedes seguir estando satisfecho y creciendo en tu puesto actual. Sin embargo, se trata de un problema poco frecuente, y la mayoría de los empresarios estarán encantados de hablar de tu rendimiento y de trabajar contigo para asegurarse de que recibes una remuneración justa.
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