¿Una de las partes más duras de cualquier relación niñera-familia? Cuando llega el momento de decir adiós y tomar caminos separados. Hay innumerables razones por las que puedes marcharte -quizás buscas un nuevo puesto, cambias de profesión, te trasladas, etc.- pero, independientemente de por qué se acaba, lo más probable es que haya algunos sentimientos de nerviosismo en torno a lo que viene después: avisar a tu empleador y esperar que las cosas terminen en buenos términos.
Pero, ¿cómo realmente poner fin a una relación en buenos términos? ¿Cómo te alejas y esperas que la familia recuerde todos los buenos momentos que compartisteis y no sólo el hecho de que te vas? Puede ser difícil encontrar el equilibrio, sobre todo porque nuestro cerebro está programado para recordar sólo los momentos más extremos y finales de nuestras experiencias.
Uno de los psicólogos más influyentes del mundo, Daniel Kahneman, explicó que este fenómeno se debe a un principio psicológico llamado regla del pico final, junto con el descuido de la duración. La regla del pico final explica que la experiencia global se valora en función de sus momentos álgidos y de cómo termina la experiencia, por lo que la duración tiene poco efecto en la forma en que recordamos los momentos, lo que lleva a descuidar la duración.
Piénselo así: Kahneman y sus colegas realizaron un estudio en el que se pidió a los participantes que metieran las manos en agua fría dos veces distintas. La primera vez fue un episodio corto, 60 segundos en agua helada a 14ºC, la segunda vez fue un episodio más largo, 60 segundos en agua helada a 14ºC seguidos de 30 seg de agua helada a 15ºC. Cuando se preguntó a los participantes cuál querrían repetir en una tercera prueba, la mayoría eligió el episodio más largo que tenía un final más agradable. Esto ilustra el hecho de que las personas son más propensas a evaluar un acontecimiento por la forma en que termina que por la totalidad de la experiencia. ¿Cuál debería ser tu conclusión? La forma en que termines tu trabajo tendrá un impacto significativo en la forma en que tu empleador sienta la experiencia de trabajar contigo en su conjunto.
Entonces, ¿cómo puede hacer que toda esta ciencia y datos trabajen a su favor, en lugar de en su contra? No te preocupes, ¡hay formas de cambiar las cosas! Aquí tienes algunos consejos sobre cómo puedes dejar tu trabajo Y terminarlo en buenos términos con tu familia niñera.
1. Dirige la conversación con MUCHA amabilidad y gracia.
Aunque no es raro que las relaciones laborales lleguen a su fin, recuerda que la relación laboral que tienes con tu familia de niñeras es más personal que la mayoría. Para ellos, la noticia de que te marchas puede ser una sorpresa, por lo que un buen primer paso es actuar con una dosis extra de amabilidad y elegancia.
Se trata de un trabajo en el que pones todo tu empeño, por lo que la decisión de dejarlo conllevará una buena dosis de emociones. Pero por muy duro que sea para ti, entiende que la familia, y sobre todo los niños, también necesitan procesarlo por sí mismos. Las transiciones y los cambios pueden suponer un reto para las familias, pero ser amable y cortés a la hora de dar el aviso sólo demuestra tu auténtica preocupación por ellos y hará que la noticia sea más fácil de procesar cuando las emociones se calmen.
2. Ten en cuenta el momento de la conversación y de tu partida.
El momento es importante. Mantener la conversación en el momento adecuado puede ayudar a suavizar el impacto. Fije un momento para hablar sin distracciones, de modo que todas las partes puedan concentrarse y estar presentes. Si es posible, evita las fechas importantes o los momentos en los que sepas que la familia está ocupada o distraída con próximas obligaciones. Sabemos que decírselo es un paso difícil, pero un buen momento te ayudará a facilitar la conversación. Cuando les cuentes tus motivos, ¡la sinceridad es la mejor política!
3. El cara a cara es la mejor opción.
¿La mejor manera de compartir esta decisión, aunque posiblemente la más difícil? Siéntese con la familia y mantenga la conversación. Si es posible, hable con ellos en persona. No sólo es la forma más respetuosa de entablar una conversación de esta naturaleza, sino que también será tu oportunidad de darles las gracias por todo lo que has hecho durante el tiempo que has pasado con su familia. Puede que te marches, pero sigue siendo importante cuidar la relación que tanto tiempo y cariño has dedicado a cultivar. Y desde un punto de vista más práctico, la importancia de las referencias en este sector es demasiado significativa como para quemar un puente que has pasado tanto tiempo construyendo. Lo mejor es mantener una conversación sincera cara a cara que demuestre que tienes en cuenta el bienestar de la familia.
4. Avisa con la mayor antelación posible.
Consulta tu contrato de trabajo. Si en él se establece que tienes que avisar con dos semanas de antelación antes de marcharte, asegúrate de tenerlo en cuenta en tus planes. Si es a voluntad, asegúrate de cumplir el acuerdo laboral. Pero, ¿qué sería aún mejor? Dales más tiempo. Esto no sólo demuestra lo profesional que eres, sino que también demuestra que realmente te preocupas por tu familia de niñeras y que estás dispuesto a ir más allá, incluso cuando cada uno vaya por su lado.
Cuando planifiques tu partida, haz todo lo posible por tener en cuenta la situación actual de tu familia de niñeras. Si puedes avisarles con suficiente antelación y programar una fecha de salida que les permita hacer los arreglos necesarios, ¡genial! Si puedes ayudarles a encontrar y formar a un nuevo cuidador, ¡fantástico! Si tu agenda te permite salir una noche, ¡maravilloso! Cualquier cosa que pueda hacer para facilitar la transición a la familia, especialmente a los niños, seguro que será apreciada.
5. Trabaja duro y sé profesional hasta el último momento.
¿Recuerdas la regla del pico final? Es el momento de dejar una buena impresión. Puede que te vayas, pero es importante que sigas haciendo tu trabajo lo mejor que sepas para que tus últimos días con la familia sean recordados con cariño.
“Cuando la gente evalúa una experiencia, tiende a olvidar o ignorar su duración… Lo que es indiscutible es que cuando evaluamos nuestras experiencias, no promediamos nuestras sensaciones minuto a minuto”, dicen Chip y Dan Heath, autores de El poder de los momentos: Por qué ciertas experiencias tienen un impacto extraordinario. En otras palabras, ¡tus últimos momentos con ellos suelen ser los que más importan!
Reflexiones finales
Sabemos que te encanta tu trabajo y que lo das todo cuando se trata de cuidar a tus hijos de niñera. Pero, como ocurre con todas las cosas, llegará el momento de separarse. Aunque puede resultar realmente abrumador, hay formas de hacer que tu salida sea lo más airosa posible recordando estos consejos. Saber lo importante que es tu última impresión te permitirá prepararte mejor.
Recuerda: los finales positivos te llevarán lejos. Terminar en buenos términos no sólo es una forma segura de mantener tu relación intacta, sino que también demuestra que no eres más que profesional hasta el final.
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