Cuando la mayoría de los padres empiezan a hacer una lista de deseos con todas las cualidades que debe tener su niñera ideal, hay algo común que aparece casi al principio de casi todas las listas: una niñera que no se pase el día mirando el móvil. Los teléfonos móviles son una realidad. Todos tenemos uno, y todos dependemos de nuestros teléfonos para mantenernos conectados con nuestros seres queridos, empleadores, y todo lo que sucede en el mundo, pero cuando usted es una niñera, los niños tienen que ser su prioridad número uno en todo momento, incluso cuando eso significa tener llamadas perdidas y mensajes de texto.

No debería sorprenderle saber que el uso del teléfono móvil es uno de los principales factores de las jornadas de prueba que se tuercen. También es la principal causa de despido de niñeras. No es que nadie espere que renuncies a tener un teléfono o que descuides tu vida personal. Lo que ocurre es que cuando una niñera está ocupada con el teléfono, los niños no están ocupados y eso significa que la niñera no está realizando las tareas principales de su trabajo. A ti también te molestaría que tu médico se pusiera a mirar Facebook mientras te escucha describir tus síntomas, o que la camarera te hiciera esperar para pedir tu café con leche para terminar de enviar un mensaje a su mejor amiga. Mirar el móvil mientras se supone que estás cuidando de los hijos de alguien no es diferente.

Dicho esto, no es razonable pensar que una niñera nunca jamás mirará su teléfono. Al fin y al cabo, la mayoría de los padres se ponen en contacto con sus niñeras a través del móvil y les transmiten información importante sobre los niños. Pero, como en cualquier entorno profesional, el tiempo para las llamadas y la comprobación de nuevos mensajes debe gestionarse cuidadosamente para que siempre estés “conectada” cuando sea necesario y los padres sepan que tu trabajo y sus hijos son tu prioridad número uno. La mejor manera de hacerlo es planificar la jornada y comunicar a los padres sus expectativas.

En cuanto llegues al trabajo, deshazte del teléfono.

Lo ideal es llegar al trabajo concentrado y listo para empezar, con el teléfono ya guardado. Cuando estés trabajando, guarda el teléfono en el bolso o en otro lugar seguro donde no tengas la tentación de mirarlo todo el rato. Puedes dejar el timbre encendido y programar un tono de llamada especial para los padres de los niños, de modo que sepas si estás recibiendo una llamada importante que debe ser atendida. Si tienes aplicaciones de kilometraje o gastos que debes actualizar, reserva tiempo para hacerlo a última hora del día. Del mismo modo, si necesitas comprobar los horarios de las actividades o consultar una agenda, intenta hacerlo antes de ir a trabajar para llegar ya preparado para el día que tienes por delante.

Designe horas específicas para comprobar los mensajes.

Los padres usan el móvil para comunicarse contigo. Es un hecho. Pero eso no significa que tengas que estar pendiente del teléfono cada segundo por si mandan un mensaje o llaman. Puedes planear mirar el teléfono brevemente a la hora de la merienda y/o durante las siestas de los niños. Incluso entonces, deberías pensar en ello como una comprobación rápida para ver si tienes algún mensaje o llamada de la madre o el padre de los niños. El trabajo no es el lugar adecuado para echar un vistazo a las últimas publicaciones de Instagram y ver qué pasa en Twitter. La hora de la siesta, en particular, es un buen momento para ponerse al día con el orden, doblar la ropa y planificar las actividades para el resto del día, por lo que no debes perder ese valioso tiempo en el teléfono.

Habla con los padres sobre sus expectativas y tu plan.

La mejor manera de saber qué opinan los padres sobre el uso del móvil es preguntarles. Puede que algunos te proporcionen un teléfono y otros te reembolsen el tiempo que tengas que utilizar el tuyo durante las horas de trabajo, pero, en cualquier caso, es importante que sepas cuáles son sus expectativas sobre la frecuencia con la que debes hablar por teléfono y lo que se considera apropiado durante las horas de trabajo. Puedes decir algo como: “Voy a guardar el teléfono en el bolso, pero dejaré el timbre encendido por si necesitas llamar y comprobaré brevemente si tengo algún mensaje tuyo cuando los niños se vayan a dormir la siesta. ¿Te parece bien?”.

De este modo, los padres sabrán que estás siempre localizable, pero que en última instancia te centrarás en pasar tiempo con los niños. Algunas familias pueden ser más permisivas con los teléfonos móviles o esperar que usted esté disponible con más frecuencia para recibir mensajes de texto y llamadas. Tampoco pasa nada. Lo importante es que pienses en tu uso del móvil de forma profesional y te comuniques siempre con los padres para que sepan que pueden contar contigo para estar presente con sus hijos.